La abuela del quinto A denuncia al PSG y a Mbappé por daños financieros, morales y reputacionales

La guerra abierta entre Mbappé y el PSG ha alcanzado nuevas cotas de delirio judicial.


A las demandas que PSG y Mbappé se están cruzando por cientos de millones se suma ahora la querella de una figura inesperada: Gladys Cordia, la abuela del quinto A, que asegura haber sido "víctima directa de esta telenovela jurídica de alto presupuesto".

“Mbappé y el PSG disfrutan cada mañana viendo qué nueva denuncia han recibido y cuál se pueden inventar para contratacar. No es justo que se diviertan ellos solos, así que me sumo a la tendencia”, ha declarado Gladys, mientras sujetaba con firmeza una aguja de calceta.

Con 87 años, 9 nietos y más carácter que el VAR en un clásico, Gladys ha presentado un escrito ante el Juzgado de lo Contencioso Vecinal Nº5 en el que reclama compensación por daños morales, financieros y reputacionales.

Daños morales: “Yo antes me dormía una siesta que no se la saltaba un galgo. Pero ahora, cada vez que cierro los ojos, escucho la palabra ‘prima’ y me sobresalto, porque pienso que me van a heredar”.

Daños financieros: “Estoy convencida de que un importante equipo de Arabia me iba a fichar para que les hiciera todo su merchandising textil en calceta. Ya tenía hasta las agujas afiladas. Pero claro, con toda esta inestabilidad futbolístico-legal en Europa, han preferido fichar a una influencer tejana”.

Daños reputacionales: Gladys asegura que en su grupo de dominó ya nadie la toma en serio. “Ahora soy ‘la loca del Mbappé’. Me han hecho perder autoridad, y eso en el dominó es inaceptable”.

Reacciones del PSG y Mbappé

Según fuentes cercanas al club parisino, el PSG aún no ha recibido la denuncia, pero ya ha registrado cinco contradenuncias preventivas: una por calumnia, otra por uso indebido de la palabra “bufanda”, una tercera por comparar a Nasser Al-Khelaïfi con un personaje de serie, y dos más por si acaso.

Mbappé, por su parte, ha respondido a través de su asesor legal con una nota oficial:

“Kylian reconoce la importancia de todas las abuelas, pero niega categóricamente haber interferido en sus labores de calceta o producción textil. No obstante, está abierto a firmarle un chal de lana”.

Próximos pasos

La abuela Gladys ha anunciado que, si el juzgado no le da la razón, llevará el caso ante la Asociación Internacional de Abuelas Ofendidas, organismo con sede en Albacete y con un historial exitoso de demandas contra reguetón e influencers sin calcetines.


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